...Somos ricos...

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martes, 25 de noviembre de 2014

Saludos desde Lima: La capital del Perú.

¡Hola chicas!

Ya estoy en Lima, hice el camino que les conté, pero fue medio complicado porque la ruta que había trazado estaba cortada por un derrumbe. Pasé por un paisaje que se llama “selva andina” y es realmente hermoso.


Selva y montañas. Buena combinación.


Anduve en buses, camiones, camionetas, interprovinciales, ¡hasta en balsa!. Llegué hace algunos días a Lima y ya he hecho un montón de cosas.

Lo primero, y más divertido, fue juntarme con mi amiga Josefina, quién había venido por unos días. Lo pasamos muy bien, copuchamos mucho e hicimos muchas cosas. 

Fuimos al Parque de Los Gatitos (Parque Keneddy).


Estaba lleno de gatos muy tiernos.

Y a una iglesia donde había ¡justo! un matrimonio (casi nos atropella la novia)



¡La novia vestida como una princesa!

Fuimos también a una "huaca" (centro ceremonial y espiritual) de la cultura "Lima", y el guía nos contaban que acá se hacían ritos para la diosa del agua (Mama Cocha, madre del mar) desde hace ¡más de 600 años!. Luego el lugar había sido usado como cementerio de la cultura Wari (quienes enterraban a sus muertos en posición fetal tapados en telas y bajo tierra) y que para la invasión inca siguió funcionando como una huaca, para los habitantes de sus alrededores, quienes hacían rituales para pedir por agua para sus cultivos. Cuando llego la modernidad y el siglo XX la huaca estaba en ruinas, los vecinos la usaban para tirarse en skate, pero hoy se ha restaurado y es un "Museo de Sitio".

Es todo de adobe (barro) y cuenta con varias capas o pisos de ladrillos para dar más flexibilidad a la construcción y evitar la destrucción por los temblores. Acá en Perú tiembla bastante, no tanto como en Chile, pero de todos modos están acostumbrados a los temblores y cada cierto tiempo los sacuden fuertes terremotos.


Los de atrás son maniquies que representan las actividades en la huaca.


Lima es la capital de Perú, y es ENORME, tiene cerca de 10 millones de habitantes (Santiago tiene 6 millones, Puerto Varas tiene 40 mil, Frutillar tiene 8 mil). Yo no sabía que fuera tan grande, y se siente más gigante porque las cuadras son larguísimas y las calles muy anchas. De todos modos ando feliz porque ¡por fin! estoy cerca del mar y es maravilloso. Antes de ayer estuve caminando por el “malecón” (así le dicen a la costanera) escuchando las olas. 

Es un puerto, por lo que ha sido desde siempre un punto de intercambio cultural y comercial, todo se puede encontrar acá, está lleno de mercados y ferias, con productos de todo el Perú y del mundo, y es una ciudad muy cosmopolita y hay personas de todas partes del mundo. Una de mis primeras actividades en la ciudad fue ir a conocer el Barrio Chino.


Un pedacito de China vive en el centro de Lima.


En resumen, esta ciudad es alucinante, el cambio entre estar en un pueblito y pasar a una ciudad a sido fuerte, acá las grandes avenidas, los mercados, el ruido de las micros, los museos, el actividad intensa abruman un poco, y si a eso sumamos los nervios que tengo de que me voy a China la próxima semana hacen que mi vida esté sumamente activa. No las he podido llamar porque no he tenido internet, yo que pensaba que en la ciudad podría estar más conectada.

Les mandé unas cosas con mi amiga, ¡así que pronto les llegaran unas sorpresas al sur!


Muchos abrazos y ¡hablamos pronto!. Escríbanme para saber de ustedes. ¡Las extraño mucho!

Links:

Huaca Pucllana: http://huacapucllanamiraflores.pe/

El Barrio Chino de Lima: http://www.barrio-chino.com/



domingo, 9 de noviembre de 2014

La última del Valle Sagrado.

¡Mari Mari niñas!

(ando con nostalgia del sur)

¿Cómo están?

Mis chicas, ya me voy del Valle Sagrado, ustedes pensarán que estoy como un disco rayado con este valle, pero la verdad es que conquistó mi corazón. Es en verdad un valle muy especial. Por varias razones.

1.- Están todos locos. Sí, como leen. Están todos locos. Las mamitas de las montañas, los viejitos ebrios de chicha, niños y niñas, todos chascones correteando por ahí (es tradición que a los niños no les corten el pelo hasta que cumplen los tres años, y aún cuando los más grandes lo llevan corto, todos los niños son chascones), los extranjeros que conquistados se vinieron a vivir acá, los adolescentes con su peinados extraños y actitud indiferente, la gente tirando basura en el rio. En fin, todos locos.


Yo creo que son todos medio extraterrestres.

2.- Uno está rodeado de montañas. Todo el tiempo. En todas partes. La cordillera de los Andes marca el ritmo de vida, que es lento, porque a mucha altura uno se cansa más. Estoy siempre como a 3.000 msnm (metros sobre el nivel del mar). Hay menos oxigeno por lo que todo funciona lento.

 

Mi cordillera querida.

3.- El rio es una presencia constante, era sagrado para los indígenas que acá han vivido a través de los tiempos. Y la gente tira toda la basura ahí. En Pisac hay como tres basureros para todo el pueblo, así que la gente en vez de caminar hacia ellos se acerca a la orilla y tira sus bolsas adentro del rio.


A pesar de la basura es bonito para pasear.
Ella es Padme, una de las niñas con la que vivo.

4.- Está lleno de sitios arqueológicos. Ya les he contado: centros de cultivo, fortalezas militares ("pukaras", les llaman los andinos), caminos, templos, “tambos” (posadas), puentes. Todo es de roca sólida, “piedra en la piedra” como dijo Neruda y cantan Los Jaivas. Es muy hermoso. Yo me impresiono ante cada piedra niñas, en serio espero algún día puedan conocerlo.


Qorikancha, el templo al sol de Cusco. 
El más lindo de todos.


5.- Está lleno de pueblitos. Claro, en torno a cada sitio arqueológico hay algún poblado. Algunos mas grandes, como Cusco, otros más pequeños, como Calca o Yucay. Pero cada 10 minutos hay un pueblo. De hecho, entre Yucay y Urubamba son 10 minutos caminando, ¡en serio! ¡yo lo hice varias veces!.


La plaza de Yucay con el árbol sagrado.

6.- La comida. Leche de vaca, huevos de aves de corral, zanahorias y papas cultivadas en las montañas, frutas que llegan desde la selva cercana. Comen un ratón que se llama “cuy”, asado al palo, como nosotros comemos el cordero. Eso es lo único que me falta probar, la verdad es que no me he animado porque en el plato se ve así:




Asqueroso, con dientes y todo.


Y vivo se ve así:


Lo más tierno que he visto en mi vida.

Pero aparte del aspecto del cuy la comida es muy rica, mi favorita por lejos es la chifa, esa mezcla de peruano con chino… se me cae la baba de solo pensarlo.

Eso y mucho más ha sido este valle para mí. Les cuento que ahora me voy a otra aventura. Salgo mañana para Lima, y quiero hacer un camino que nadie hace, y que todo el mundo me dice que no se puede hacer. Me explico, los buses para Lima se demoran 24 horas aproximadamente desde Cusco, y yo no quiero tomarlo por varias razones.

1.- El precio, prefiero hacer un millón de cosas antes de gastar tantos soles en un pasaje de bus (¡hay tantas otras cosas que hacer!).

2.- El manejo de los peruanos. Para ser franca, manejan como unos desquiciados. Ellos lo reconocen. Pasar 24 horas en un bus con un chofer conduciendo como loco es algo que deseo evitar.

3.- No quiero pasar de nuevo por Cusco.

4.- Quiero ir por Ollantaytambo por última vez a despedirme de los amigos que hice allá.

5.- Pero todas las razones se reducen a esta última: Quiero conocer lugares nuevos.

Entonces, les muestro el mapa. 


Pinchen arriba de la imagen para verla más grande.

Quiero ir de Pisac a Ollantaytambo, de ahí a Quillabamba (marcado con rojo en el mapa) y, desde ahí, por un camino largo donde no hay casi ningún pueblo hasta Ayacucho, luego a Lima. 

“No se puede” me han dicho varias personas. Vamos a ver, les digo yo. 

Apenas llegue a Lima las llamo para contarles como me fue. Ahí tendré mejor conexión a internet y capaz que hasta nos podemos ver por  videíto. 

Muero de ganas de verlas, sigo a la espera de que me manden una foto.

¡Las quiero mucho!

¡A sus papás y hermanitos también!


¡Ah!, me olvidaba de algo MUY importante: VI FROZEN, y me encantó, les dejo mi canción favorita, con mi personaje favorito:


Olaf es LO MÁXIMO.

Ahora sí, ¡hasta pronto!